Durante la época visigoda, en tiempos de Recaredo I, se acuñó moneda en Gestavvi. La abundante acuñación del año 589 fue circunstancial, pues se utilizó para pagar al numeroso ejército que estaba defendiendo la frontera de los francos.
Del año 796 al 957 Giestavvi fue sede episcopal provisional. El obispo de Lérida Liutprando se refugió en Gistau, huyendo de los moros. Finalmente, el 1 de diciembre de 957, cuando Raimundo II fundó la catedral de Roda de Isábena, fueron llevadas allí las reliquias de San Vicente Mártir, patrón de la iglesia de Gistaín, y las de San Esteban, patrón de la de Plan.
En 1495 Gistaín contaba con 16 fuegos y ya existían casas como las de Tardán, Arrín, Chumplana, Castro o Saila, que pervivirían hasta el silgo XX. A finales del siglo XV, Alfonso V de Aragón donó el señorío de Chistén al señor de Bardaxí; hasta entonces este pueblo había dependido del rey, como se aprecia en la corona que aparece en la parte superior del escudo del pueblo.